Nicodemo (Matutina De Adultos 2013 - 02 De Septiembre)
El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3
Nicodemo ocupaba un puesto elevado y de confianza en la nación judĆa.
Era un hombre muy educado, y poseĆa talentos extraordinarios. Como otros, habĆa sido conmovido por las enseƱanzas de JesĆŗs. Aunque rico, sabio y honrado, se habĆa sentido extraƱamente atraĆdo por el humilde Nazareno. Las lecciones que habĆan caĆdo de los labios del Salvador lo habĆan impresionado grandemente, y querĆa aprender mĆ”s de estas verdades maravillosas.
Pero Ć©l no visitó a JesĆŗs de dĆa. HabrĆa sido demasiado humillante para un prĆncipe de los judĆos declararse simpatizante de un maestro tan poco conocido.
Haciendo una investigación especial, llegó a saber dónde tenĆa el Salvador un lugar de retiro, aguardó hasta que la ciudad quedase envuelta por el sueƱo, y entonces salió en busca de JesĆŗs.
“RabĆ -dijo—, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas seƱales que tĆŗ haces, si no estĆ” Dios con Ć©l”. Al hablar de los raros dones de Cristo como maestro, y tambiĆ©n de su maravilloso poder de realizar milagros, esperaba preparar el terreno para su entrevista. Pero, en su infinita sabidurĆa, JesĆŗs vio delante de sĆ a uno que buscaba la verdad.
ConocĆa el objeto de esta visita, y con el deseo de profundizar la convicción que ya habĆa penetrado en la mente del que lo escuchaba, fue directamente al tema que le preocupaba, diciendo solemne, aunque bondadosamente: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3)…
Esta declaración resultó muy humillante para Nicodemo, y sintiĆ©ndose irritado respondió a Cristo: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?”
Pero el Salvador no contestó a su argumento con otro. Levantando la mano con solemne y tranquila dignidad, hizo penetrar la verdad con mayor seguridad:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del EspĆritu, no puede entrar en el reino de Dios” (vers. 4, 5)…
En esta entrevista memorable, Cristo estipuló principios de gran importancia para todos. Definió las condiciones de la salvación en tĆ©rminos claros, y destacó la necesidad de una vida nueva… Tan ciertamente como se aplicaban al gobernante judĆo, estas palabras estĆ”n dirigidas a todo el que invoca el nombre de Cristo, que ha decidido seguir al manso y humilde JesĆŗs-Youth’s Instructor, 2 de septiembre de 1897; parcialmente en El Deseado de todas las gentes, pp. 140-143..
“Desde el corazón”
Por: Elena G. White
Nicodemo (Matutina De Adultos 2013 - 02 De Septiembre)
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